Más allá de las contradicciones, de los errores y ciertas liviandades dentro del universo del kirchnerismo, en la manera de salir a una confrontación electoral de estas características, en la que a mi juicio, debimos más parecernos a nosotros mismos a que a los que confrontábamos, comenzando por el nuevo nombre que nos representa, (Unidad Ciudadana) y una Cristina ama de casa, lejos de sí misma, intentando parecerse más al enemigo, que a imponer y profundizar aritmética y políticamente a Macri y sus secuaces podrán llevar a cabo sus avances en materia económica, cuestionarle con que recursos, tiempos y formas de sus obras públicas prometidas, las no cumplidas y las mentidas, por ejemplo, comparativamente contra lo que si ejecutó concretamente con éxito su anterior gobierno .Esta vez la interrogación retórica de la política fue suplantada por el duranbarbísmo, sensación que uno siente atento a la enorme capacidad que reconoce en Cristina Fernández de Kirchner como conductora y de liderazgo político reconocido además, internacionalmente. Por cierto esto que nos pasa, lo que nos acaba de ocurrir, amerita urgente un debate que nos debemos dar entre todos, junto a Cristina, con nuestros representantes de organizaciones políticas, con los movimientos sociales, sindicales y todo el grueso de la militancia .La fragmentación que venimos padeciendo dentro del Movimiento Nacional y Popular Peronista, nos debe hacer recapacitar en volver a ser lo que alguna vez fuimos, en que nos estamos equivocando hoy, siempre fuimos una bolsa de gatos arañándonos, aunque crecíamos , pero hoy nos están venciendo las ratas, eso es lo que no nos debemos perdonar. Una docena de ratas no pueden doblegar a una bolsa repleta de gatos.
Seguidamente, explicar lo del” voto Roca”. Cuando Raúl Alfonsín obtiene la presidencia en octubre 1983, la sociedad argentina venía huyendo espantada de un mundo de sangre, persecuciones y desapariciones, en el cual el peronismo fuera protagonista y víctima central de esta dolorosa realidad. No era difícil suponer entonces, que quien ganaría aquella elección pos- dictadura, fuera Raúl Alfonsín. Esa elección sin duda fue asegurada en favor del líder radical en la quema del cajón que produjera desfavorablemente Herminio Iglesias, candidato justicialista por la provincia de Buenos Aires durante su acto de cierre en el Obelisco. Esta estúpida actitud probablemente jugó sin duda contra el Justicialismo y proporcionó más votos en favor del Dr. Alfonsín.
Dentro de una sociedad en que la ética logra ser un valor fundamental para su vida, lo sucedido con Santiago Maldonado, supone uno, lleva a esta, reflexionar más allá de la inclinación política que se tenga, a conmoverse solo por lo aberrante de la ejecución de la muerte de este joven, desaparecido por más de 60 días, y de pronto aparecido muerto 4 días antes de una elección de las características tumultuosas, no solo por esta desaparición inconcebible, donde la responsabilidad le cabía enteramente al actual gobierno, sino por lo que significaba esta muerte producida en democracia . Algunos politólogos deslizaron que esta inesperada aparición fue producto de una interna de Gendarmería, que le plantaba el muerto al gobierno, como vendetta por el caso Nisman, en el que el gobierno involucró a esta fuerza por proceder desprolijamente, en fin, mucho se barajó y se imaginó, quienes políticamente se verían beneficiados o perjudicados en este inesperado suceso ante la elección a producirse en pocos días.
La candidata a diputada por Cambiemos, Dra. Elisa Carrió, comparó burlonamente a Santiago Maldonado con Whalt Disney, creador norteamericano de dibujos animados, quien pidió ser congelado luego de muerto .La sociedad acuñada en el macrísmo y la que aún no lo estaba tanto, en vez de reprobar esta canallada, al menos con un sopapo en la boca de esta chaqueña aporteñada restándole votos, contrariamente, la premió con una montaña de votos que superaron el 50% de los votos, cifra que no figuraba siquiera, días antes de esta desagradable ironía, en la más optimístas de las encuestas. Apreciación que motiva el titular de esta nota, EL VOTO ROCA, porque este hecho desgraciado en el cual un joven de raza blanca se involucró a favor de los pueblos originarios del sur de nuestro territorio ofrendando su vida, por acompañar sus reclamos de tierras usurpadas, estos aplauden, retrotrayéndose en el tiempo, sumándose a la “campaña del desierto”, la que una vez los involucró dentro del mundo civilizado y los alejo del “salvajismo de la indiada feroz”, al igual que sus antecesores, los que se apropiaron de esas tierras fértiles, únicas en el planeta y los volvió prósperos, a fuerza de sangre y muerte propinados a sus auténticos propietarios.
Probablemente duela decirlo, tal vez suene exagerado , pero tanto Roca, como Sarmiento, Uribúru, Arambúru, Onganía, Lanusse, Videla, los llevan en su ADN tan arraigados como el odio que robustecen cada vez que el peronismo sale a disputar pelea en favor de los más humildes, en un país tan generoso para pocos y tan injusto para las mayorías. Elisa Carrió, pareció adivinar estos antojos, y les dió el empujón que les estaba faltando a los dudosos cercanos al macrísmo. Nuestros errores no son pocos, pero sus horrores nos sobrepasan lejos, sino, no existiría modo de explicar esto que hoy nos atraviesa.