Película: Golpes a mi Puerta
Dirección: lejandro Saderman
Año: 1994
País: Argentina – Venezuela
Género: Drama
Duración: 106 minutos
Protagonistas: Verónica Oddo, Elba Escobar, Juan Carlos Gené, José Antonio Rodríguez, Ana Castell, Mirta Ibarra, Frank Spano, Dimas González.
La dictadura y los gobiernos con ropajes democráticos abundaron en nuestro continente latinoamericano desde el fin de la segunda guerra mundial. Fueron alentados por Estados Unidos que en forma directa a través de una atrevida invasión o en forma indirecta a través de gobiernos adictos, pretendió y pretende mantener su hegemonía en la región. Lo hicieron y por lo visto están dispuestos a continuar haciéndolo con fuerzas militares autóctonas que a su servicio devienen mercenarias. El abuso de la fuerza y la represión a la que están acostumbrados, amparados por los gobiernos que inspiran sus acciones y encubren sus delitos, es un lugar común. Estos gobiernos, se encuentran hermanados con el amo del Norte, en la imposición de políticas económicas que aceleran el proceso de acumulación individual de sus miembros. Esto, en desmedro del bienestar general de una población, que los suele elegir cayendo en sus redes de artilugios y mentiras.
La trama de la película que hoy proponemos trata de estos temas. Basada en un texto escrito por Juan Carlos Gené, sitúa el drama que describe en un país imaginario de nuestra querida Latinoamérica. Esta historia, podría adaptarse a la historia reciente de cualquiera de nuestros países. Dos religiosas identificadas con los sectores populares, reciben accidentalmente a un joven perseguido por la fuerza militar al servicio de un poder invasor. Después de su captura, se les ofrece a las monjas una salida para librarse de la pena que les caería por su participación en el hecho, que entra en contradicción con sus principios. Un guión, con el que podemos comprender con claridad el papel que juega la Iglesia en la realidad latinoamericana, pone a prueba nuestra reflexión frente a cuáles son nuestros valores de justicia y nos muestra cómo, aun en un contexto de miedo y desesperanza, podemos y debemos defender nuestros más caros principios.
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