El jueves 11 de mayo del corriente año, se realizó una marcha multitudinaria en rechazo al “2 por 1” que beneficiaba a los condenados por delitos de lesa humanidad. La emoción de quienes estábamos ahí desbordaba en cuerpos apretados que llenaron la plaza y sus alrededores. Se pudo ver que no solo había militantes sino que también ciudadanos que no pertenecían a ningún sector político. Esa respuesta de la sociedad hiso retroceder al gobierno.
[dropcap style=’box’]E[/dropcap]s la provocación constante una metodología que parece ser propia de este gobierno, un gobierno que su presidente, como discurso de campaña, decía que había que terminar con los curros de los derechos humanos, mientras entre otras cosas aberrantes su partido ordenaba reprimir en el Borda, para desalojar por la fuerza los pabellones, golpeando a los internos y a los médicos hasta provocar heridas. Y hay que recordar como debutan ni bien asumen la responsabilidad de conducir los destinos de este país; con una feroz represión en “Cresta Roja”, luego siguieron los estatales, bajo el concepto de ñoquis, a la par de que ellos contrataban “trolles”, para mentir descaradamente por las redes sociales, mientras los despidos crecían y crecen día a día, mientras se elevaba y se eleva el nivel de pobreza y con la inflación se diluyen los salarios, provocando una caída real de los mismos.
Entre los despidos y el intento flexibilizador, apareció la versión de que los desaparecidos no son tantos, como si el numero le va a quitar la gravedad al delito. La liviandad discursiva para tratar estos temas delicados de parte del presidente, es ya, como dijimos, una constante provocación. Pero minimizar la cuestión de los derechos humanos no es un detalle, ni tampoco es querer solamente cancelar el debate cerrando la historia reciente con un decreto. Es más bien reducir los derechos humanos a una parte, a los delitos de lesa humanidad, ya de por si algo muy serio, con eso recortar esta cuestión para llevar el debate, que plantean los conservadores, socios de la última dictadura, a un terreno estrecho ya superado. La teoría de los dos demonios ha quedado fuera de lugar por los documentos y los testimonios de las víctimas y los acusados, estos últimos han sido justamente condenados. Lo peligroso de esto es que se deja por fuera el amplio debate de los derechos humanos, porque nadie nos va negar que es materia de derechos humanos el acceso a una mejor calidad de vida a quienes están por fuera del sistema, a quienes se han caído del mercado laboral, a quienes son jubilados y no tienen el beneficio de remedios porque ha sido vaciado el PAMI. Como se verá los derechos humanos por definición son: “derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción de sexo, nacionalidad, lugar de residencia, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, edad, partido político o condición social, cultural o económica. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna.” Con esto queda más que claro que los derechos humanos engloban la totalidad de los derechos de las personas de todo el mundo y quienes están en contra de ellos son aquellos que están siempre dispuestos a violarlos.
El 2 por 1 atropella a la democracia y la hiere en el costado, como también el empujar a la pobreza todos los días a cientos de personas, porque este estado no se corre de sus funciones sino que corre el eje de prioridad para defender los intereses de la oligarquía que huele a sangre en sus manos manchadas. Esta democracia herida es la bandera que nos nuclea para resistir al sistema, pero esa resistencia tiene agujeros, tiene baches, tiene fisuras que parecen abismos insondables entre las organizaciones que no comparten los intereses de la oligarquía. Habrá tal vez que poner el foco en aquellos modos de lucha que nos hacen coincidir a las organizaciones, porque esos modos de lucha tienen un fundamento político, que en el fondo nos muestra un enemigo en común, y ese es; esa oligarquía anti patria.
Para finalizar; el 2 por 1 demostró que hay consignas que movilizan a un conjunto heterogéneo de la ciudadanía, como están las cosas hoy esto puede ser positivo pero sabemos que la espontaneidad tiene sus límites si a eso no le sigue la organización, es pues esta última, la vieja clave que le ha dado en la historia poder al pueblo.