Por Lucho Roa*
El Gobierno lo hizo de nuevo.
Desde que asumió, Milei convocó cuatro veces al Consejo Nacional del Salario Mínimo, Vital y Móvil, integrado por los representantes sindicales, empresarios, y presidido por el Gobierno, que tiene como función determinarlo mediante el diálogo social. No hubo diálogo, ni mucho menos social.
El cuento es así: el gobierno convoca al Consejo; los sindicatos solicitan un monto muy superior al salario mínimo vigente; los empresarios ofrecen una suma absurda; los sindicatos lo rechazan; y al no haber acuerdo, el Gobierno dicta un laudo arbitral fijando unilateralmente una suma que obviamente es absurda.
Esto ya pasó en febrero, mayo, julio, y ahora. Habiendo asumido el 10 de diciembre de 2023, recién convocó al Consejo en febrero del 24, luego de la brutal devaluación de diciembre, y una inflación acumulada de casi el 60%. Entonces el gobierno fijó un 15,8% de aumento, pulverizando el poder adquisitivo de los trabajadores y sacrificando a futuro toda actualización.
Pero el Gobierno tampoco convocó al Consejo, ni “actualizó” el monto del salario en junio, ni en noviembre de este año. Hizo el muertito, licuando aún más el salario mínimo. Va en la línea de los noventa, que empezó licuando su valor con la inflación menemista, y luego congeló el salario mínimo por una década.
Hoy, el salario mínimo representa para una familia de cuatro miembros -dos adultos y dos pibes-, el 27% de la Canasta Básica Total (la línea de la pobreza) y el 61% de la Canasta Básica Alimentaria (la línea de la indigencia). Si ambos adultos trabajan y ganan el salario mínimo, igual son pobres. Si solo un adulto trabaja, la familia es indigente.
En noviembre de 2023, el salario mínimo significaba el 37% de la Canasta Básica Total -CBT- y el 79% de la Canasta Básica Alimentaria -CBA-. Un año antes de asumir Milei, en diciembre de 2022, el salario mínimo representaba el 41% de la CBT, y un 92% de la CBA (los alimentos eran más baratos). Cuando se fue Cristina del Gobierno, el salario mínimo vital y móvil expresaba el 60% de la Canasta Básica Total y el 130% de la Canasta Básica Alimentaria.
La LCT dice que el Salario mínimo vital, es la menor remuneración que debe percibir en efectivo un trabajador sin cargas de familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión. No hay remate.
*Abogado de trabajadores y trabajadora. Docente UBA