[dropcap style=’box’]A[/dropcap]quella otra Argentina de hace 44 años, semejante a la de hoy, esperaba la vuelta de quien durante 9 años permitió al trabajador reencontrarse consigo mismo, como protagonista central de la vida activa de su país, quien construía y disfrutaba, gracias a las políticas instrumentadas por Juan Domingo Perón.
Recluido en España durante 18 años, precisamente por cometer la osadía, de elevar al hombre de la categoría de esclavo, a la de trabajador, elevación de rango reprobada fuertemente por la oligarquía de ese entonces expresada en la fuerza militar, quien intentó despojarlo del poder bombardeándolo, y luego depuesto a los pocos meses, obligándolo a refugiarse en una cañonera paraguaya a ser asesinado.
La vuelta de Perón, tan ansiada por el pueblo, no fue aguardada por el mismo pueblo que lo vio alejarse. Durante sus 18 años de ausencia, sucedieron fuertes transformaciones en el campo de lo ideológico y social, signados por cruentos enfrentamientos, en que casi todos sus protagonistas pugnaban tomar para sí, la figura del Gral. Juan D. Perón. Muchos idealizaron un Perón revolucionario –algo deslizó a los jóvenes desde Madrid para que así lo consideraran-. La dura confrontación armada producida en la trágica jornada vivida aquel 20 de junio de 1973, anunció todo lo contrario. Ese día, en una Ezeiza ensangrentada, irrumpió la grieta que desde 1810, viene acosando a los argentinos en una guerra civil subcutánea que parece no tener fin, Unitarios y Federales reaparecen a la escena política, toda vez que las patas de unos intentan pisar fuerte en la puja por construir un país en libertad para todos, y otros, sus patas en aras de concentrar poder que sólo oriente a modelar un país para unos pocos.
Esta rivalidad histórica hoy vuelve a emerger, se podría afirmar, con distintos protagonistas , con historias aprendidas y desaprendidas, con muchos muertos en el medio, más de un lado que del otro, con un mundo y un país diferentes, pero con un pueblo que persigue hoy los mismos intereses, las mismas búsquedas, los mismos sueños, los mismos objetivos, opuestos, muy opuestos, como siempre ha sido, a los que apetece la oligarquía, sustentada por grupos concentrados del poder económico, y los oportunistas de turno, que aguardan alguna migaja se les caiga del mantel, como recompensa a su vergonzante y estúpida negación de clase puesta al servicio de sus intereses. Cristina Kirchner, al igual que Perón, emprende su vuelta. Hoy el pueblo cruza el riachuelo, pero para el lado inverso.
ampoco es Ezeiza, apenas transcurrió un año y medio en que concluyó su mandato. Es el mismo pueblo, que acude a su encuentro esperanzado como aquel otro de 1973 en Ezeiza cuando venía El Viejo. Pueblo que en tan poco tiempo, nunca vio tantas noches juntas sobre su cabeza, y ahí sí, es casi como en Ezeiza, un año y medio, que parecen dieciocho.
Cristina vuelve fortalecida por lo que significa ella misma para su pueblo, y el estrepitoso fracaso de las políticas de Mauricio Macri, la grieta existe, siempre existió y existirá, es la lucha de los pueblos contra los tiranos que intentan someterlo, no es otra cosa, a no ser que Macri transpire ocho horas en una fábrica y los obreros veraneen en las playas de Ibiza durante treinta días.