[dropcap style=’box’]E[/dropcap]l vacío político que ofrece el actual gobierno de Mauricio Macri, desarticula todo tipo de discusión en ese sentido. Sus funcionarios, al igual que él, empresarios en su gran mayoría, como tales, traccionan su andar con el claro objeto de realizar negocios .Lo observamos desde el presidente Macri, que arrastra en su historial, un nítido linaje empresarial, que heredó de su padre Franco, demostrando luego, veloz aprendizaje.
No es ilegal realizar negocios. Lo que sí es ilegal es generarlo utilizando los fondos públicos. Que es el dinero que tributan todos los habitantes de esta Nación, logrado a través del duro ejercicio del sudor de su trabajo. El vacío se agudiza en la fuerte ligazón que el Poder Judicial ofrece a este gobierno, fogoneado a su vez por la metralla que hoy disparan desde el televisor, los medios adeptos, a estos, sus colegas, que como ellos, están para hacer negocios, y no Patria. O para sintetizarlo con mayor claridad,” PLATA SI, PATRIA NO”. Por eso son socios. Convivir con el enemigo dentro de la propia casa, es correr con una desventaja enorme, en cuanto al que digita la información y la multiplica emitiendo mentiras, difamaciones, y muestra como verdadero lo que no le es y a cada dificultad que se les cruce, la culpabilidad siempre le corresponderá a Cristina, “La chorra”. Esto que uno relata pareciera una obviedad, pero sin embargo es lo que está paralizando a gran parte de la sociedad, que ante el vacío político o la inexistencia de una paridad de respuesta a estos ataques , queda preñada mentalmente de este vacío, que no es otra cosa, que la invisibilidad de la política. Macri por lo tanto, nos gana con una insolente apoliticidad y si uno le otorgase el calificativo de estrategia, podríamos visualizar, que en gran medida nos está ganando la pelea casi sin proponérselo.
“HOY ESTAMOS ABIERTOS AL MUNDO” para el ciudadano común, aquel que se vanagloria de su desprecio por la política, cuando escucha de boca del presidente insistir con este descubrimiento, lo verá con buenos ojos, se sentirá cerca de los mismos gustos que un holandés, dirá tal vez,” por fin somos ciudadanos del mundo”, y un sinnúmero de auto privilegios, que en el mirar hacia adentro, se sentirá ubicado bien lejos del criollo de tez morena, y mucho más cerca del pelo dorado de un gringo que le recordará sin duda al oro. ¿Y qué ocurre con nuestra clase dirigente? ¿Los qué uno define como “los del palo”?. Interrogantes que uno se formula, porque en verdad, ni siquiera ve la puja entre los que no hace mucho agitaban las banderas que clamaban por imponer políticas de “carácter revolucionario “, a los aprietes de la globalización, que hoy con este gobierno de fuerte corte neoliberal, ha profundizado y expandido como tabla de salvación a una sociedad, no hace mucho “burlada “ por “el populismo”, que sin llegar a ser revolucionario, apuntaba a través de algunos de sus logros y líneas discursivas, desde la presidenta Cristina, y parte de su dirigencia, de imponer un carácter revolucionario dentro de su gobierno.
Alguien podría juzgar esto más como una manifestación de deseos, más que un acercamiento a la verdad. Tal vez Mauricio Macri, hoy haya reafirmado con mayor credibilidad esta apreciación, dado a sus políticas tan opuestas a aquellas, pero la sensación flota en el aire, se nota en ciertas voces, hoy silenciosas, ciertas desapariciones de posturas críticas, en huidas y corrimientos, y esto habla claramente, del abandono a proseguir hoy más que nunca, en la búsqueda de actitudes que nos acerquen más a sostener un carácter revolucionario, que intentar parecernos al enemigo, que no es otra cosa que cohabitar con él. La reformulación de toda la política en La Argentina, en mi opinión, es la tarea que nos impone este nuevo tiempo, hoy nos aturde una elección, y es probable entonces que la agenda continúe vacía, pero considero que con urgencia, deberíamos abocarnos a esta reformulación, en la procura de convivir dentro de una democracia más esencial.